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domingo, 6 de diciembre de 2009

Allí estará para siempre

Allí estaba ella, parada, esperando como de costumbre.

Los efectos del alcohol me colaboraron una vez más, en un intento de expresar mis sentimientos. Me dirigí hacia ella, la saludé y grito. Yo bajo el temor, la impotencia, la ira y los ya nombrados efectos, la perseguí, logrando alcanzarla un par de calles más allá.

¡Gracias a Dios tenía la botella de alcohol barato en infernal en mis manos!...esperen... ¿A Dios?...no…el no…si no el destino.

Logré darle y quebrarle la botella en su cabeza, con aquel hermoso cabello, ondulado hacia al final; Esos bellos ojos café profundos, capaces de atravesar tu alma; Esos preciosos y finos labios carmesí…ahora todo deformados y manchados de sangre.

La desesperación y el miedo me atacan de nuevo, ¿Ahora qué?, su familia me conoce y me reconoce como un vago y un alcohólico cualquiera, me delatarían por los restos de la botella y la sangre O+ de su hija…si…lo mejor es tomar el cadáver y ocultarlo…y a ver si de esa manera podré cumplir mis deseos más impuros que alguna vez di por imposibles.

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